Knabstrupper

La primera vez que ves sal encantador y audaz Knabstrupper, es prácticamente imposible no quedarse con los ojos como platos. Con su característico pelaje a topos y su historia, estrechamente vinculada con la realeza, es una raza que destaca por encima de las demás.

Aunque el Knabstrupper se convirtió en una raza oficial en 1812, sus orígenes se remontan al linaje real de Frederiksborg que descendía de los caballos de batalla españoles. La realeza del barroco los adoraba; los consideraban idóneos para expresar su modo de vida, basado en disfrutar sin preocupaciones. Se empleaban para tirar de los carruajes reales, e incluso los mismísimos reyes y reinas los utilizaban en las coronaciones.

Su poco convencional pelae no está formado por topos, sino por hoyos en un manto blanco donde se aprecia el color que hay por debajo. Este delicado diseño casi desaparece, ya que la gente solía confundir el gen blanco predominante con el gris, creando una especie de caos genético. El Knabstrupper se enfrentó a más adversidades en 1891, cuando se desató la tragedia en la granja de cría. Un incendio ocasionado por una tormenta arrasó con Knabstruppgaard y fallecieron 22 caballos.

Los Knabstrupper son caballos talentosos que aprenden muy rápido, por lo que son perfectos para actuaciones y espectáculos. Su temperamento, tranquilo y agradable, hace que sea una maravilla explorar juntos. Además, su naturaleza curiosa os garantizará que vivireís aventuras increíbles.

Si quieres causar sensación dondequiera que vayas y cabalgar como una reina por todo Jorvik, el Knabstrupper es el caballo perfecto para tí.